sábado, 29 de enero de 2011

Los ojos se me enrojecieron, estaba muy agitada pero a la vez tranquila, mi corazón latía rápida y fuertemente. Estaba sola. Por mi cabeza corrían miles de ideas, venían sentimientos por todas partes, recuerdos fugaces aparecían, permanecían en mi mente el tiempo suficiente como para hacerme daño y, tan pronto como esto sucedía desaparecían y eran reemplazados por otros. Poco a poco noté como una fría lágrima recorría mis ardientes mejillas pero, no me importaba, estaba sola, ajena a todo, en un lugar en el que nadie nunca me encontraría. Me refugiaba bajo la lluvia, en esos momentos me daba igual mi pelo, mi maquillaje, mi aspecto, todo lo que quería hacer era nada, ni siquiera tenía fuerzas para moverme. Al cabo de unos  instantes la lluvia se mezcló con mis amargas lágrimas, pero ni me podía ni quería contenerme. Necesitaba expulsar todo lo que llevaba dentro.
De repente algo me sobresaltó, era música, una música suave, melancólica.. Me extrañó, nunca nadie iba a aquel lugar, solo yo, porque era mi lugar favorito para pensar, reir, llorar, cantar, ver las estrellas, las nubes, admirar las luces de la ciudad, ver los primeros y los últimos rayos de sol del día.. Era un sitio tranquilo, espacioso, sin apenas ruidos y de repente comencé a reconocer la canción, me traía tantos recuerdos.. De repente paró, silencio de nuevo, puede que solo fuera un juego de mi subconsciente.
Paró de llover, el cielo se despejó, a penas había nubes, y ya se había hecho de noche. Me tumbé en el suelo para ver las estrellas y mirar al infinito, para no pensar.
Estaba tan concentrada en admirar el firmamento que no me di cuenta de que alguien más había allí, contemplandome tímidamente y extrañado. Creo que alguien compartía lugar favorito conmigo..
Al poco tiempo me di cuenta, se acercó a mi. Nunca le había visto, pero su cara mostraba tristeza, tenía unos ojos bonitos, pero estaban llorosos. No le conocía y sentí el impulso de abrazarle, se dejó. Comenzamos a hablar, a contarnos nuestros problemas, poco a poco olvidamos las desgracias y comenzamos a sonreír. Ese sería el principio de una bonita amistad.

Dicen que las desgracias no vienen solas y que no hay mal que por bien no venga, pero creo que las alegrías también suelen venir con compañía, y creo que yo lo he experimentado..


2 comentarios:

  1. graciass!

    yo tambien empezare a leerte, bonito texto por cierto.

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  2. ooh dios.. que pedazo texto! Me encanta la letra del blog es super guaaay :D Un beso!

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