jueves, 19 de mayo de 2011

En el momento que sale la Luna me atacan los recuerdos.

Dando vueltas en círculo, caminando sobre mis pasos, no avanzo, me hundo. Todo parecía haberse solucionada, pero era mentira, era todo falso. Ahora desconfío de cualquier persona. Ahora no estoy segura de nada, no se si quiero arreglarlo o dejarlo pasar, no tengo claro si quiero ser valiente o  si quiero apuntarme otra derrota. No se si vale la pena luchar por lo que un día quise, no se si vale la pena rascar mentiras que ocultan verdad, y  saber esta por mucho que duela. No se si me apetece vivir del pasado o mirar hacia el futuro, solo se que vaya mierda de presente.
Y, entre palabras y palabras que no sirven para nada, expreso mis dudas, explico mis penas.
Ni soledad ni compañía, ni frío ni calor, ni noche ni día, ni victorias ni derrotas, ni lucha ni gloria, ni nada ni nadie, ni porqués, ni preguntas, ni respuestas, ni yo misma se que quiero. Ni yo misma se que hacer, ni que decir, por no saber, no se ni que pensar.
Nunca imagine cuantas vueltas da la vida, ahora ya lo se.
He caído y no puedo más, me pesa el alma y me duele el corazón, hay una fuerza que me empuja todavía más abajo, hacia un lugar tenebroso, lúgubre y que no me deja levantar; una fuerza que me invita a entrar, a quedarme para siempre y a nunca regresar. A vivir muriendo ahogada en mis penas, a tatuarme los recuerdos y a olvidar que existe un mañana, a ser mala y a fumarme rápido la felicidad, a pensar que no hay salida y a creer que de verdad, en el mundo de los vivos, hay más penas que alegrías y más llantos que sonrisas. A pensar solo en lo mío y no preocuparme de nada más.
Aquí todo es negro, todo es preocupación. Solo gritos, solo fuego, solo tormento y depresión, solo lágrimas, solo lamentos, solo muerte en un rincón, solo sueños confundidos con realidad, solo ilusiones perdidas y metas escondidas en el cajón.
Y es ahora, cuando las frías gotas recorren mis mejillas, cuando llueve y relampaguea a mi alrededor, cuando se me altera la respiración, la lengua se me traba y me escuece el corazón; cuando me doy cuenta de que he de pensar antes de actuar, de que mi cabeza tengo que organizar. Es ahora cuando me doy cuenta de que no es oro todo lo que reluce y de que hay que mirar más allá, de que no hay que fiarse de cualquiera y de que las personas no suelen cambiar. Ahora, cuando todo empezaba a encajar, llega una fuerte y aspera ráfaga de viento que araña mi cara y lo manda todo a pasear, y de nuevo sola, perdida, sin saber a donde mirar, sin saber por donde empezar.
Y es ahora cuando me doy cuenta de como está la sociedad, del futuro que nos espera y las desgracias que vendrán.

1 comentario:

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