Y la primera lágrima calló, desencadenando así una cascada imparable.
Lloraba por alguien que, por primera vez, había conseguido hacerse un hueco en mi corazón, lástima que en el suyo solo hubiera sitio para una amistad. Hasta lo que yo se, no es una persona por las que te dicen “no merece la pena que derrames lágrimas por él” porque ahora sufro, sí, por su culpa, también. Pero no lo sabe, tampoco nunca lo sabrá, no lo hizo a conciencia para hacerme sentir así.. Me enamoré profundamente de él, no por su belleza exterior, si no por como es, por la dulzura de sus palabras, sus virtudes y sus defectos.. Aunque en mi opinión tenía encanto personal, todo el mundo tiene belleza, solo que no todas las personas la saben apreciar.
Y ahora siento que todo está cambiando muy rápido, y está cambiando a peor, y si ahora estamos así, no me quiero preguntar como acabará.
La gente cambia, el corazón también. Es caprichoso, y te juega malas pasadas. Pero, a mi lo que me gusta de todo esto es que tu eres feliz, y te sigo queriendo, aunque de esto tampoco sabrás nada. Y se que parece una actitud cobarde, pero en estos momentos es lo mejor, porque yo no quiero que te sientas mal, y tampoco me apetece sentirme peor.
Es odioso y triste verme así, como si me hubiera pasado lo peor, pero me duele el corazón, que le voy a hacer.
Sí, todo esto lo dice una niñata de catorce años que no sabe nada de la vida y no es consciente de lo que es pasarlo mal de verdad, pero es lo que hay ¿no? Problemas que para mi son mucho y para los demás nada, que a mi me duelen y hay quien se reiría de mi.